domingo, 19 de enero de 2014

Oscuros Hechizos de Amor




Parte II

La primera anécdota del libro Oscuros Hechizo de Amor se titula Claudia y Genaro. Claudia está enamorada de Genaro y busca un encuentro casual pero Genaro siempre la ignora pues sólo tiene ojos para Martina a quien pide en matrimonio. Unos días antes de la boda Martina se enferma. Los doctores no encuentran señales de ninguna enfermedad conocida, ella dice sentir que el alma se le desprende del cuerpo. Un día antes de la fecha fijada para la boda, Martina muere. Genaro conoce a Claudia en el funeral de Martina y se enamoran, pronto se casan y viven felices para siempre. Después viene una explicación del oscuro hechizo de amor que Claudia utilizó para destruir la relación entre Genaro y Martina, y que este se enamore de ella. También se explica cómo deshacerlo si se sospecha de ser víctima de este amarre maligno para salvar a la persona amada y destruir a la enemiga.  
La anécdota no se parece en nada a nuestro caso, aunque puede coincidir en la búsqueda de los encuentros casuales. Por otra parte, tú ya estas casada y no hay boda que impedir pero sí marido que matar y eso no es algo que me guste demasiado, por lo que he decidido saltarme las anécdotas hasta la del final, que el índice señala está en la página 129. Se titula “Los amantes indisolubles”. Aunque el título sugiere poco de algún hechizo que tú hayas utilizado sobre mí, las circunstancias son extrañas y puede ser que me lleve una sorpresa, después de todo el libro es un misterio en sí mismo y contiene muchas coincidencias con nuestra vida. Además, por alguna extraña razón me salté todas las demás anécdotas.
Las primeras palabras me dejan absorto, esto no puede estar sucediéndome y tengo una extraña sensación mezcla de vértigo y temor. Es usted un hombre impaciente que se ha saltado todas las anécdotas anteriores a excepción de la de Claudia y Genaro. Definitivamente el libro tiene coincidencias extrañas. Presa del terror, cierro el libro, tomo mis llaves y decido ir a buscarte camino al bosque, aunque sé que tengo pocas oportunidades de encontrarte, al menos que vaya a la escuela de tus clases vespertinas, pero descarto inmediatamente esa opción al recordar que el policía de la entrada ha recibido estrictas ordenes de ti de alejarme en cuanto me vea merodear cerca de ahí.
No puedo creer que le tenga miedo a un libro. Me armo de valor, regreso al sillón rojo, muerdo una quesadilla de carne de pavo. La muerdo otra vez y así hasta terminármela. Decidido, abro el libro y busco la línea en que me quedé. Es usted un hombre […] Claudia y Genaro. Que bueno que se ha armado de valor para continuar leyendo, no tenga miedo, recuerde que el libro está para ayudarle y no para hacerle daño. Juntos terminaremos con el sufrimiento que su situación actual le provoca. Le invito a continuar leyendo la siguiente anécdota en la que seguro encontrará una solución.
Los amantes indisolubles trata de un hombre que se enamora de una mujer y esta después lo deja. Ella se casa y él se queda prendado de ella. El fuego de su amor es tan grande y está lejos de extinguirse que se convierte en una obsesión, algo incompresible para él. Consulta sobre su obsesión con sicólogos y psiquiatras, pero al no encontrar mejoría después de sesiones y medicamentos, sospecha que está hechizado, pues no deja de pensar en ella ni un segundo. Decide consultar a curanderos y brujos, pero todos resultan charlatanes. Hasta que encuentra un misterioso libro que le devela la verdad de su condición. El libro explica que el hechizo del que es víctima se realizó en otra dimensión por lo que es necesario liberar su cuerpo junto con el de la amada en el mismo fuego que encendía la pasión cuando ambos se amaban. Ese fuego aún vivía en él y lo único que necesitaba era un chispa para encenderlo y después envolver a su amada desnuda, junto con él, en el mismo fuego, justo en el momento del coito, de lo contrario, estaba destinado a vivir atado a ella por la eternidad sin ser correspondido. Al hacer el hechizo, juntos se trasladarían a otra dimensión en donde se encontraba el amarre y por medio de una invocación cósmica terminaría con el, liberando así su alma para siempre. Aunque el hombre insistía en que no quería hacer eso porque la amaba, el libro explicaba que eso era debido a su condición de hechizado y que el amor solo podía existir entre dos personas, como algo compartido, nunca individual. ¿Y el amor propio? Preguntaba él. El amor propio es justamente el que te han arrebatado, el amor por tu cuerpo ha sido aprisionado en otra dimensión por eso sientes que ella te hace falta pero no es ella, eres tú mismo el que te hace falta, al amor de tu alma le hace falta el amor de tu cuerpo y su esencia está aprisionada en esa otra dimensión.
El hombre aprisionado tiene que buscar el momento para hacer renacer el fuego del amor y lo hace por medio de la chispa de la pasión. El misterioso libro explica cómo lograr revivir la pasión por medio de un hechizo sencillo. Aquí hay una anotación en el texto que indica que al final de la anécdota se describen todos los detalles de dicho hechizo. El encuentro es inevitable, él está preparado, la ha observado durante mucho tiempo desde la ventana de su departamento donde se ve claramente la entrada de su casa. Esta parte me conmociona, pues las coincidencias siguen apareciendo, pero trato de no intimidarme y continúo leyendo. El hechizo indicaba que debía esperar a la amada en su nuevo lecho, desnudo, cubriendo sus genitales tan sólo con unas ramas de laurel y debía colocar debajo de la cama unas ramas de eucalipto de manera que cubrieran toda la parte de abajo y así lo hizo. Entre sus manos llevaba el libro misterioso que tenía el rostro de la amada en la portada. Detengo la lectura, no puede ser posible. Releo las líneas y eso es justo lo que dicen. Son demasiadas coincidencias pero ya no puedo dar marcha atrás.
El hombre espera a la mujer amada en su lecho, desnudo, con el libro que tiene la foto de ella en la portada, cubriendo sus genitales con ramas de laurel y bajo la cama una alfombra de ramas de eucaliptos, cuando ella entra y ve la escena, tiene los ojos redondos como canicas a punto de salirse de sus cuencas, mueve la cabeza, deja sus cosas sobre una silla y comienza a desnudarse. El hombre le unta un aceite preparado como el misterioso libro lo indica y le pide a ella que también le unte. Hay otra anotación en el libro que hace referencia al aceite y su fórmula que se describen en el apartado correspondiente. Sus cuerpos desnudos se deslizan a través de sus formas, las caricias y los besos los predisponen para amarse. El penetra el cuerpo de ella con su falo tan erecto como en sus primeros encuentros, ella lubrica su vagina de la misma forma, se está gestando la chispa de la pasión que pronto encenderá el fuego de su amor. Sus genitales embonan como una maquina perfecta, compuesta por piezas exactas diseñadas una para la otra. El roce es frenético, las sensaciones estallan, los cuerpos liberan las almas y flotan. La fricción es tal al momento de llegar al orgasmo que una chispa se desprende de sus genitales y enciende sus cuerpos envolviéndolos en una llama alimentada por el aceite inflamable que cubre sus cuerpos. El fuego acaricia los cuerpos desnudos, no sienten dolor ni se asfixian, sus almas están juntas, se han desprendido de la carne y se enfilan directo a la dimensión donde se realizó el amarre. Al llegar, el alma de ella se siente descubierta y zozobra. Él, hace la invocación cósmica y libera su alma. Aquí, el libro anota que la invocación cósmica también está al final de la anécdota, junto con las formulas y los hechizos necesarios para realizar esta magia.
Reviso las últimas páginas, y sí, efectivamente, ahí está todo claramente descrito. Cierro el libro y me quedo perdido, pensando en lo hermoso que sería liberarme de ella. No puedo esperar más. Mañana mismo voy a buscar todos los ingredientes necesarios.
Es martes, su esposo ha salido como siempre a trabajar fuera de la ciudad y no regresa hasta después de media noche. Tenemos tiempo. Cuando él regrese yo estaré libre y en otra dimensión. Su casa está muy limpia, no se parece en nada a mi apartamento, además el aroma que la inunda es mágico, huele a ella. Me siento como en un bosque repleto de olores agradables. Ahí están los restos de la comida, huele a lasaña, la deliciosa lasaña que ella prepara, todo es ella, su perfume, su almohada, sus sabanas. No puedo resistirme y me meto debajo de las sabanas. Hay otro olor, es el de él. Fácilmente puedo decir de qué lado duerme ella. Ya son 8:20, no tarda en llegar, así es que me desnudo y preparo todo. Las ramas de eucalipto, las ramas de laurel, el libro con la foto de ella en la portada, pongo el aceite cerca de mí. No puedo esperar más, la situación me desespera y me excita a la vez. De pronto se escucha que abre la puerta de la entrada y me provoca una erección. Escucho sus pasos acercarse al cuarto. Abre la puerta. Mis ojos están redondos como canicas a punto de salirse de mis cuencas, estoy pasmado. No puedo dejar de ver a su marido.

1 comentario:

Jimiescu dijo...

Este post, guardado, tal vez escondido, ha salido gracias a Marco Toni, quien con su fastidio me ha recordado que nunca hay que dejar de escribir, aunque la vida nos seduzca con actividades más "productivas". Un gran abrazo hasta Playa del Carmen, hermoso lugar lleno de extranjeros y recuerdos de borracheras en el Blue Parrot.

otras cosas sin importancia

I am or IMP <> T ar T

Las esquinas de las calles son de papel y van las golondrinas doblando y desdoblando esquinas...