El siete es de buena suerte, son los días de la semana, son las notas musicales, las siete maravillas del mundo, y en general se tiene esa apreciación del séptimo número. Pero este siete para mí no pinta nada bien, la enfermedad aumentó, el resfriado me tiene con el cuerpo cortado y dolor de cabeza. Lo anterior me hace ir por un antigripal.
Se escapa Lita y tengo que perseguirla, cuando le doy alcance no presenta resistencia, la contrario, se sube al coche, se quiere ir conmigo, le abro la puerta trasera y sube. Me tomo el antigripal, se me congestiona la nariz y paso una noche terrible. Siento que se me puede hacer una infección en la garganta, tendré que comprar un enjuague.
Para este post escribo más sobre los achaques que de las cabañuelas, las cuales han pasado a segundo plano, mi cabeza no tiene muchas ganas de interpretarlas. Tal vez en el futuro y leyendo entre líneas los acontecimientos pueda vislumbrar las predicciones.
El clima, es nublado, parece que llueve pero no, el frío aumenta y no ayuda a mis achaques.
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